miércoles, 4 de abril de 2018

Orientaciones para el desarrollo del lenguaje oral en la etapa de infantil


ORIENTACIONES PARA EL DESARROLLO DEL LENGUAJE ORAL EN LA ETAPA DE INFANTIL
La importancia del entorno familiar: claves para favorecer el desarrollo
ü  Cuando nos dirijamos al niño/a procurar hacerlo con la mayor claridad posible, pausadamente y sin elevar la voz, de forma que le facilitemos nuestro código de lenguaje adulto.

ü  Dedicar el mayor tiempo posible a hablar con su hijo/a. Hablar de cosas que le interesan (juegos o programas favoritos, escuela, amigos, etc.), procurando el intercambio comunicativo unos minutos diarios. Es importante que la familia disfrute de esa comunicación, propiciando un ambiente agradable que posibilite ese intercambio.

ü  En el mismo sentido, dejar que se exprese y que se sienta cómodo/a y seguro/a al hacerlo; muéstrese paciente y atento a lo que nos cuente, intentando provocar el máximo número de intervenciones por su parte.

ü  Evite hablarle en ambientes ruidosos, ya que el ruido distorsiona.

ü  Aproveche cualquier circunstancia y ocasión, de forma natural, para enseñarle cosas y palabras nuevas: en el baño, la cocina, comentando las ilustraciones de un libro o un álbum de fotos, un paseo por la calle, etc. Comente cada cosa del entorno que llame su atención, explicándole cómo se llama, para qué sirve, etc.

ü  Puede ayudarle a que construya bien las frases haciéndole preguntas del tipo: “¿Cómo se llama?”, “¿para qué sirve?”, “¿quién?”, “¿cómo?”, “¿dónde está...?”, etc.

ü  No le interrumpa o censure cuando nos cuente algo aunque no lo haga de forma muy clara. Si no lo dice correctamente debemos limitarnos a pronunciarlo de forma lenta y clara; si continúa sin hacerlo bien no se preocupe: es cuestión de tiempo.

ü  No permita que, por comodidad, deje de pedirnos lo que quiere o necesita; no nos anticipemos a su voluntad o a lo que quiere decirnos. Cuando pida las cosas a través de gestos hay que esperar a que nos diga lo que quiera de manera oral. Hablar aunque lo haga mal.

ü  No le imite si pronuncia algo incorrectamente aunque pueda resultar gracioso: ello refuerza una conducta negativa y puede influir en retrasos del habla.

ü  Darle todo el tiempo y la tranquilidad necesarios para expresarse.

ü  Cantarle canciones y recitar pausadamente, con buen sentido rítmico y entonación marcada, puede ayudarle de forma importante. Actividades y ejercicios en familia como leer cuentos, adivinanzas, chistes, poesías… que potencien su expresión oral.

ü  Huya de conductas excesivamente proteccionistas. Por ejemplo: darle de comer cuando es capaz de hacerlo por sí mismo. Puede que, de forma inconsciente, haga la siguiente lectura de la situación: “Si mi mamá me da de comer todavía con la cuchara es porque soy pequeño; entonces debo seguir hablando como un niño pequeño...” Dotarle de toda la autonomía posible en este tipo de actividades cotidianas le ayudará a que madure su personalidad y, por tanto, su lenguaje.

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