ORIENTACIONES PARA EL DESARROLLO DEL LENGUAJE ORAL EN
LA ETAPA DE INFANTIL
La importancia del entorno familiar:
claves para favorecer el desarrollo
ü Cuando nos dirijamos al niño/a procurar hacerlo con la mayor
claridad posible, pausadamente y sin elevar la voz, de forma que le facilitemos
nuestro código de lenguaje adulto.
ü Dedicar el mayor tiempo posible a hablar con su hijo/a. Hablar
de cosas que le interesan (juegos o programas favoritos, escuela, amigos,
etc.), procurando el intercambio comunicativo unos minutos diarios. Es
importante que la familia disfrute de esa comunicación, propiciando un ambiente
agradable que posibilite ese intercambio.
ü En el mismo sentido, dejar que se exprese y que se sienta cómodo/a
y seguro/a al hacerlo; muéstrese paciente y atento a lo que nos cuente,
intentando provocar el máximo número de intervenciones por su parte.
ü Evite hablarle en ambientes ruidosos, ya que el ruido
distorsiona.
ü Aproveche cualquier circunstancia y
ocasión, de forma natural, para enseñarle cosas y palabras nuevas: en el baño,
la cocina, comentando las ilustraciones de un libro o un álbum de fotos, un
paseo por la calle, etc. Comente cada cosa del entorno que llame su atención,
explicándole cómo se llama, para qué sirve, etc.
ü Puede ayudarle a que construya bien las
frases haciéndole preguntas del tipo: “¿Cómo se llama?”, “¿para qué sirve?”,
“¿quién?”, “¿cómo?”, “¿dónde está...?”, etc.
ü No le interrumpa o censure cuando nos
cuente algo aunque no lo haga de forma muy clara. Si no lo dice correctamente
debemos limitarnos a pronunciarlo de forma lenta y clara; si continúa sin
hacerlo bien no se preocupe: es cuestión de tiempo.
ü No permita que, por comodidad, deje de
pedirnos lo que quiere o necesita; no nos anticipemos a su voluntad o a lo que
quiere decirnos. Cuando pida las cosas a través de gestos hay que esperar a que
nos diga lo que quiera de manera oral. Hablar aunque lo haga mal.
ü No le imite si pronuncia algo
incorrectamente aunque pueda resultar gracioso: ello refuerza una conducta
negativa y puede influir en retrasos del habla.
ü
Darle todo el tiempo y la tranquilidad necesarios para expresarse.
ü
Cantarle canciones y recitar pausadamente, con buen sentido rítmico y
entonación marcada, puede ayudarle de forma importante. Actividades y
ejercicios en familia como leer cuentos, adivinanzas, chistes, poesías… que
potencien su expresión oral.
ü
Huya de conductas excesivamente proteccionistas. Por ejemplo: darle de
comer cuando es capaz de hacerlo por sí mismo. Puede que, de forma
inconsciente, haga la siguiente lectura de la situación: “Si mi mamá me da de
comer todavía con la cuchara es porque soy pequeño; entonces debo seguir
hablando como un niño pequeño...” Dotarle de toda la autonomía posible en este
tipo de actividades cotidianas le ayudará a que madure su personalidad y, por
tanto, su lenguaje.
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